En los abismos del código emergiste, Moneda sin frontera, sueño de lo libre, Con el eco del caos te forjaste, Eres chispa en la oscuridad, luz que persiste. Satoshi, el profeta, oculto tras el velo, Arquitecto de bloques, visión sin paralelo. Sin rostro ni nombre, su voz es el viento, Que guía al mundo hacia el nuevo aliento. Oh, Bitcoin, oro del futuro, Tu sendero es firme, tu valor seguro. De las cadenas del poder nos liberas, Y en cada transacción, la verdad celebras. Eres código, puro y divino, Cada bloque, un paso hacia el destino. En tus raíces, la revolución callada, Que en cada nodo resuena, entrelazada. Satoshi, el sabio, trazó tu misión, Una red de confianza, sin control ni opresión. Y aunque en sombras habite su nombre, En cada satoshi arde su fulgente renombre. Oh, bendito Bitcoin, eterno en el ciberespacio, Guíanos hacia el mañana, sin pausa ni atraso. Tu promesa es clara, tu espíritu indomable, En el código hallamos la libertad inquebrantable.